Que la pandemia llegó para quedarse (al menos por un tiempo) no parece ser una novedad. Hemos cambiado: sí, lo hicimos. A pesar de la aparente inmovilidad, de la quietud de la cuarentena, del lockdown, de todo esto y más, nuestras vidas se han modificado. Innumerables e inagotables son las reflexiones que podemos hacer al respecto, pero hay una en particular que queremos mencionarles en este artículo: el e-Learning como método de estudio.
Lo que hasta marzo de 2020 parecía un proyecto irrealizable, o poco efectivo, se transformó en la única posibilidad que tuvo la humanidad para continuar con la educación y formación en todos sus niveles. Pero ¿qué es el e-Learning? «Es un espacio virtual de aprendizaje orientado a facilitar la experiencia de capacitación a distancia, tanto para empresas como para instituciones educativas (e- ABC Learning)». Escuelas, universidades e institutos ya preveían que esta sería una buena posibilidad para estudiar en un futuro. Lo que no imaginaron fue que miles y miles de usuarios debieron actualizar en tiempo récord estas plataformas que yacían tímidas y adormiladas en la web como un soporte de las clases presenciales. Y entonces apareció la oportunidad dentro de la crisis.
Contra todo pronóstico, muchos estudiantes pudieron continuar con su aprendizaje, sin haber perdido en su totalidad el año lectivo. Es cierto que los más beneficiados fueron los alumnos mayores que ya tenían el hábito del estudio y conocían los “derechos y obligaciones” de quien quiere lograr un buen nivel educativo. En las plataformas e-Learning, es el estudiante el que maneja su proceso formativo. Los profesores o tutores administran y proveen los materiales bibliográficos, vídeos explicativos, libros en PDF, plantean las actividades y proponen ejercicios de comprobación. También existen espacios de consulta, donde ambas partes (alumno y profesor) tienen la posibilidad de enviar mensajes, debatir, preguntar y compartir ideas. Cabe aclarar que cada institución educativa puede organizar su plataforma de la manera más conveniente y según el criterio que los represente.
¿En qué otros aspectos es positivo este tipo de enseñanza-aprendizaje?
Esta herramienta fomenta la autoformación y evita la dependencia directa del alumno respecto al docente. También, aunque en la formación tradicional ya existían dinámicas colaborativas, con el e-Learning se promueve el trabajo en grupo. A continuación les detallaremos algunos ejemplos de este tipo de plataformas que además son gratuitas: Moodle, Edmodo, Chamilo y WordPress + Plugin LMS.
Como dijimos al comienzo de este artículo, esta es sólo una de las tantas herramientas que se siguen desarrollando para atravesar este momento de incertidumbre mundial. Por supuesto que las clases presenciales son fundamentales para todas las personas y que tienen otros complementos: socializar, escuchar al otro, compartir tiempo real, enriquecerse con las vivencias cotidianas. Esperamos que en algún momento presencialidad y virtualidad sean complementarias por elección del estudiante y no como método resolutivo ante la emergencia sanitaria. Continúen capacitándose, formándose y aprendiendo, porque el tiempo siempre es valioso y hay que aprovecharlo. Y tú ¿has continuado con tus estudios de esta manera? , ¿has comenzado algo nuevo? cuéntanos tu experiencia en comentarios.
Marcela Gangemi